Se ha vuelto costumbre en diciembre que los terroristas de las FARC despidan el año anunciando nuevas liberaciones de secuestrados. Esta estrategia en donde quieren mostrar una falaz buena voluntad hacia la paz, no es más que una táctica mediática para aprovechar los altos ratings de los noticieros y canales nacionales para lanzar a la opinión pública su agenda política e intentar limpiar su nombre.
Es una verdadera vergüenza que la liberación de secuestrados sea utilizado como herramienta política para poner nuevamente en la agenda nacional el tema del proceso de paz y consecuentemente la desmilitarización de amplios territorios para llevar a cabo los eufemísticos “laboratorios de paz” y “mesas de negociación” entre gobierno y grupos armados ilegales. La realidad es que detrás de estas iniciativas hay oscuras intenciones para fortalecerse militar y económicamente aprovechando la falta de presencia de la fuerza pública en el territorio nacional.
Adicional a lo anterior, los anuncios de las liberaciones son utilizados para mover el corazón de los colombianos y así generar una ola de opinión que posteriormente es manifestada en encuestas hechas por periódicos y noticieros, y que finalmente logran presionar al gobierno nacional para que se den pasos hacia el tan anhelado proceso de paz por parte de las FARC y sus secuaces.
¿Qué mejor oportunidad para los voceros y voceras de este grupo para mojar pantalla y lograr cubrimiento mediático que anunciando estos supuestos actos de nobleza y misericordia en una época de tan alta carga emocional?, ¿Qué mejor ocasión para hacer política y mantenerse vigente en la opinión pública?
Los medios de comunicación pueden tomar la valiente decisión de anular el show que las FARC buscan generar con las liberaciones; la manera concreta de hacerlo sería no trasmitiendo los momentos en donde familiares y secuestrados se encuentran, evitando transmitir las imágenes que probablemente capten las cámaras de algunos medios venezolanos que se han convertido en los difusores oficiales de estos eventos, y sobre todo evitando transmitir las declaraciones de los voceros de este grupo, quienes aprovechan cada segundo de cámaras para hacer propaganda.
He repetido en otras columnas que una de las maneras definitivas de evitar más secuestros y derrotar al terrorismo es por medio de la actuación conjunta del sector político, sociedad civil y medios de comunicación. Cada uno debe aportar a esta causa común que de manera ejemplar, países como España y Estados Unidos han logrado ejecutar.
Es común escuchar la frase: “ni un centímetro de territorio despejado para los grupos armados ilegales”, agregaría: ni un segundo de medios de comunicación para quienes insisten en utilizar el secuestro y el terrorismo como herramientas políticas. Me alegro mucho por las familias que volverán a estrechar a sus seres queridos, lamento que el país tenga que padecer cada año este espectáculo mediático que se nutre del dolor de los colombianos.
Post Scriptum: Un feliz año a todos los lectores. Que la alegría que muchos vivimos en estas fiestas sea extendida a los más necesitados de nuestro país por medio de actos concretos de generosidad.
Twitter: @FedericoHoyos