CONSECUENCIAS DEL NOBEL DE PAZ
Por: Federico Hoyos Salazar
13-X-09
Podríamos gastar horas deshojando margaritas y tratando de resolver la cuestión acerca si el presidente Obama mereció o no haber sido galardonado con el Nobel de paz. Lo cierto del asunto es que el premio ya fue entregado y nada va a cambiar ese hecho. Es más útil gastar las energías en analizar las consecuencias que se pueden generar de la entrega de este galardón que desgastarse en el debate sobre su merecimiento.
En su Diccionario de política, el profesor Norberto Bobbio define paz en su sentido más general como: “ausencia (o cese, solución, etc.) de un conflicto” (Bobbio, 1981: 1163). La palabra paz se define en estrecha relación con la palabra guerra puesto que es definida de manera negativa como ausencia de ésta. El presidente Obama fue concedido con el premio de la no guerra en medio de una realidad opuesta a esa idea: un país involucrado en dos conflictos armados simultáneos y blanco de los grupos fundamentalistas islámicos.
Es importante considerar que el presidente de los Estados Unidos es al mismo tiempo Comandante en Jefe de las fuerzas armadas americanas y como tal debe tomar decisiones militares de la mayor trascendencia como lo es en este momento el de incrementar el número de tropas en Afganistán. Un ablandamiento en su política exterior puede ser una consecuencia problemática y peligrosa para Estados Unidos y algunos países de Europa, que son en este momento objetivo primordial del terrorismo islámico. El presidente Obama debe seguir tomando sus decisiones como presidente y Comandante en Jefe de las fuerzas armadas y no como Nobel de Paz.
La medalla de paz puede resultar pesada para Obama puesto que con más o menos rigor, seguirá comandando las fuerzas armadas, y en consecuencia seguirá estando al frente de las operaciones militares en Oriente Medio, esto podrá generarle críticas adicionales de los sectores opuestos a la guerra puesto que es una ironía tener al mismo tiempo un presidente comandando dos guerras con un premio Nobel de paz sobre su cuello.
Una cosa es ser galardonado con el premio de la paz cuando se ha culminado un proceso de paz o cuando se está al borde de hacerlo, otra muy distinta es obtenerlo en la recta inicial por lograrla. En conclusión las consecuencias del Nóbel de paz pueden ser: un ablandamiento de la política exterior americana, incremento de la presión de la opinión pública americana e internacional y en especial de quienes están en contra de la guerra. El oro de la paz puede resultar más que un premio una carga adicional para el presidente de los Estados Unidos.
Post Scriptum: La nominación de la senadora Piedad Córdoba al premio Nóbel de paz, demuestra un profundo desconocimiento del panorama político colombiano.
1 comentario:
Don Fede.
Varias cosas.
La caricatura que ilustra tu columna es quizá la muestra de lo que cambió de la política exterior estadounidense después de la entrega del premio Nobel de paz al presidente Obama: nada. Un presidente en ejercicio, Nobel de paz , es para los Estados Unidos terriblemente inconveniente y Obama tendrá que ignorar lo que le pesa del cuello para tomar muchas decisiones de importancia para el futuro de su país.
Lo otro. Me parecen más perjudiciales para Obama las consecuencias en política interna de su galardón. Un termómetro muy bueno de esto son los programas televisivos de parodia política (como SNL y The Daily Show) que han estado haciendo en los últimos días lo impensable: burlarse de Obama.
Lo anterior sin contar la oposición creciente y recia de los conservadores (que se están dando un festín con lo del Nobel) y la tendencia a la baja de su popularidad que empezó desde que fue electo y no se reduce.
Buen articulo Fede, como de costumbre, felicitaciones por este buen espacio de análisis.
Un saludo
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