CULTURA Y GUERRA CON VENEZUELA
Por: Federico Hoyos Salazar
05-X-09
Probablemente uno de los temas de actualidad más comentados en Colombia es la posibilidad de una guerra con Venezuela. El bombardeo mediático sobre un probable conflicto armado con el país vecino ha puesto a opinar a millones de colombianos al respecto. Existen razones de peso para preocuparnos por las intenciones belicistas del presidente Chávez; la carrera armamentista que ha emprendido y su discurso expansionista del socialismo del siglo XXI deben prender ciertas alarmas dentro de la sociedad colombiana. No obstante, creer en la inminencia de una guerra es equivocado. Además de las razones comerciales y militares que hacen del conflicto armado entre Colombia y Venezuela un panorama improbable, existe una razón de fondo que puede impedir esta posibilidad, esto es la cultura.
El columnista del New York Times y autor del Best Seller, La tierra es plana, Thomas L. Friedman, expuso una famosa teoría llamada “The Golden Arches Theory of conflict prevention” en su libro, The Lexus and the olive tree (1999). La idea central de esta teoría es que ninguno de dos países que tengan un Mc Donalds, han entrado en un conflicto armado desde que esta línea de restaurantes se ha instalado en ellos. Más allá de estar de acuerdo o no con esta tesis, lo cierto es que existen diferentes aspectos bien sea económicos, sociales o culturales que crean una profunda unidad entre los países y que tienen un efecto calmante y disuasivo a la hora de una posibilidad de conflicto.
En su magnífica obra El choque de las civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial (1996), el politólogo y profesor de Harvard, Samuel P. Huntington, expone su tesis sobre la diferencia cultural como causa del futuro de los conflictos mundiales. “Los públicos y los estadistas son menos proclives a ver amenazas de personas que sienten que pueden entender y en las que pueden confiar por motivos de una religión, lenguaje, valores, instituciones y cultura compartidas” (Huntington, 1996: 34). A pesar de las diferencias políticas entre los gobiernos colombiano y venezolano, son muchas más las razones que unen estos dos pueblos: un mismo, lenguaje, religión, costumbres e instituciones políticas –aunque Chávez las quiera erradicar- que nos unen profundamente. Todos estos vínculos pesan mucho más que el lenguaje provocador, sectario y agresivo que ha utilizado el presidente venezolano para crear resentimientos entre ambos pueblos.
Los venezolanos y colombianos tenemos una identidad cultural común que nos une. Decir que somos pueblos hermanos no es una simple muletilla retórica usada por nuestros gobernantes, son más los aspectos que nos unen que los que nos separan. Por más que la administración venezolana estreche vínculos con gobiernos extranjeros como el chino, ruso o iraní, la identidad y afecto del pueblo venezolano estará del lado de países vecinos como Colombia. Es más fácil cambiar las instituciones políticas de un pueblo que su cultura y costumbres, aunque Chávez esté empeñado en hacer lo primero, es improbable que logre lo segundo.
Post Scriptum: El general Stanley McChrystal, comandante de las fuerzas de la OTAN desplegadas en Afganistán dijo que si no se enviaban más tropas a este país la misión fracasará. ¿Será que se necesitan más tropas o más perseverancia? Después de todo se está combatiendo contra una guerrilla y no un ejército regular.
2 comentarios:
Obama no prometio en campaña reducir el numero de tropas en Afghanistan. El retiro que prometio fue de Iraq. Obama ordeno hace tiempo un aumento de tropas(40.000, creo)para Afghanistan.
La discusion es sobre los objetivos que se quieren lograr en Afghanistan y sobre si el nuevo incremento de trropas se justifica
Revise la seccion 'AfPak War' de foreignpolicy.com
Gracias Esguerra, tiene razón. Obama aprobó el envío de 20,000 tropas a Afganistán, dice McChrystal que se necesita más del doble de esa cifra. Como dice Foreign Policy, la guerra en Afganistán se ha convertido en una conflicto donde se quiere extenuar al otro, en esos momentos hace falta perseverancia para lograr "great enterprises". Le sugiero el artículo de Henry Kissinger en The Economist.
Saludos.
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