miércoles, 17 de febrero de 2010

Democracia y voto de opinión


Las elecciones para elegir los representantes políticos de una sociedad es la máxima expresión de la opinión pública. El gran número de personas que participan en este tipo de actividad y la importancia de los asuntos que allí se deciden hacen que las elecciones sea el factor más representativo de una democracia. El voto que se lleva a cabo en este tipo de elecciones puede ser libre y voluntario o comprado y obligado. El primer tipo de voto es conocido como de opinión mientras que el segundo es denominado como voto duro o voto de maquinarias.


El voto de opinión fortalece la democracia debido a que los resultados que de emanan de éste provienen de un ejercicio libre y voluntario y no impuesto y forzado; elementos contrarios a un sistema democrático. Dice el profesor Giovanni Sartori: “Participación es tomar parte activa, voluntaria y personalmente. Voluntariamente es un detalle importante, porque si se obliga a la gente a participar a la fuerza, eso es movilización desde arriba y no participación desde abajo” (Sartori, 2008; 35). Si la participación proviene de arriba (minoría) y no desde abajo (mayoría) hablamos de un contrasentido del ejercicio democrático.


El voto de opinión es el voto participativo, voluntario y libre. Por el contrario el voto que aquí denominamos como duro, es un voto no participativo bien por que sea comprado o por que sea obligado. El voto de opinión se caracteriza por que quien lo ejerce, conoce y se identifica con el programa político y la persona a quien se le otorga, mientras que el voto duro puede ser motivado por el dinero, por que quien lo ejerce espera recibir algo o cambio o peor, por que la persona es coaccionada a votar por una determinada persona.


Dicen los profesores Klingemann y Dalton en el Oxford Handbook of Political Behavior 2007 que “los issue voters tienen más posibilidad de ser escuchados, aunque sus ideas no sean aceptadas” (Dalton y Klingemann, 2007; 10). Inversamente es probable que los votantes “duros”, no tengan menos posibilidades de ser escuchados debido a la naturaleza de su voto. En otras palabras, mientras que el candidato elegido por voto de opinión debe rendir cuentas a sus electores por que conocen su propuesta y programa político, el candidato elegido por voto duro puede hacerse el de la vista gorda una vez elegido ya que sus electores saben poco o nada de él y por lo tanto no tiene a quien responder.


Con el voto de opinión se evita que personas motivadas por intereses diferentes al bien común suban al poder y, adicionalmente se fortalece la democracia debido a que quien elige por opinión y conocimiento de causa puede exigir y hacer rendir cuentas al elegido creando así una relación más directa y dinámica entre elegido y elector. Y usted, ¿cómo va a votar?


Post Scriptum: Dice la Corte Constitucional que acelerará el estudio del referendo reeleccionista. Eso lo debió haber hecho hace mucho tiempo.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Tres comentarios un poco sueltos (como siempre):

1. Las elecciones son el canal institucionalizado más común de la expresión de la opinión pública y criterio indispensable para hablar de democracia. Cierto. Pero no son necesariamente su máxima expresión: la acción colectiva (pacífica o violenta), la deliberación, la libertad de prensa, la accountability, son todas expresiones igual de importantes en mi opinión.

2. Si estás citando Klingemann y Dalton (2007), entonces se trata del "Manual de Conducta Política"; si estás citando el "Manual de Ciencia Política" (el artículo está en ambos libros), entonces la edición es 2009.

3. Y de acuerdo, ojalá la Corte hubiera decidido darle más celeridad (aunque espero que con alta calidad) al análisis del referendo; las campañas están siendo muy sosas en parte por la incertidumbre que crea la posibilidad de una re-reelección.

Federico Hoyos Salazar dijo...

Gracias por los comentarios y la corrección Jose.

1. Considero que las elecciones son la máxima expresión de la opinión pública a diferencia de otro tipo de acciones colectivas como pueden ser: la protesta, la deliberación, los focus groups o las encuestas, por dos razones:

a)El número de personas que se movilizan en unas elecciones políticas es mucho mayor que en cualquiera de las acciones colectivas citadas previamente.

b)Los "issues" que están en juego en unas elecciones suelen ser más (en número) y su solución o no, se lleva a cabo en el campo político, por lo tanto allí adquieren más importancia.

2. Tiene razón, cité mal, ya hice la corrección, gracias.

3. Considero dañino para el ejercicio democrático que las demás campañas estén siendo opacadas por la incertidumbre de la reelección. Y sí, que falle rápido la corte y saque al país de este limbo político.

Unknown dijo...

Cierto, las elecciones "mueven" mucha gente. ¿Pero cada cuánto? Si fuera por las elecciones nada más, los ciudadanos tendrían muy pocas oportunidades de expresar su opinión y su voluntad.

En cambio, los medios, la posibilidad de organizarse y actuar, la exigencia de cuentas y la libertad de expresión son hechos más cotidianos y que en ocasiones son más accesibles: sí, es cierto que para acceder a un medio de comunicación hay que tener poder y que para organizar un movimiento social hay que superar los problemas típicamente asociados con la acción colectiva, pero, igualmente, para votar "sin ataduras" -ya sean necesidades económicas, de reconocimiento, estrategia personal, pago de favores, etc.- se requiere de poder.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Patria
El verdadero amor a la patria está directamente relacionado a la Fé, no es posible la comprención completa del primero sin la segunda.

Hoy lo vi claramente al escuchar las palabras patriotas de los heroes colombianos secuestrados por los narcoterroristas del grupo de bandidos de las F.A.R.C.

Claro, que el amor a la patria queda incompleto si lo ligamos directamente al concepto de libertad y los principios de la Revolución Francesa; la verdadera libertad y el verdadero poder político que reina sobre una patria no debe estar ligado a la religión del hombre -la democracia-, sino que debe estar ligado mas bien, a las fuerzas morales que se sostienen sobre la fe y las virtudes y que residen solo ela gracia de un poder Católico Universal.

Mientras vivamos en un mundo donde la paz no puede reinar, porque no está instaurada, la guerra es el estado natural del hombre, en el que la patria es el único refugio y la defensa de ella y sus valores morales en sintonía con la fé son la única posibilidad de una paz, no total, pero si reinante en los corazones de los hombres.