miércoles, 24 de noviembre de 2010

Uribe, ¿Alcalde de Bogotá?

                                                   Foto: Esteban Paris, EL COLOMBIANO

Se empezó a calentar la carrera para elecciones locales de 2011. Ya se oyen nombres de líderes que aspirarán para ocupar cargos políticos en los departamentos y municipios de Colombia. En medio del retazo de nombres, resalta especialmente el del expresidente Álvaro Uribe, como posible candidato a la Alcaldía de Bogotá. ¿Verdad, mentira o chisme? No se sabe con certeza, pero indicios hay para pensar que esto será así.


Algunos pueden creer que pasar de ser Presidente de la República a Alcalde de la capital colombiana es un retroceso en la carrera profesional de un político. Si el motivante es el afán de reconocimiento y poder, pasar de ocupar el Palacio de Nariño al Palacio de San Carlos puede ser visto como dar un paso atrás, pero este no es el caso de Uribe.



El expresidente ha demostrado tener motivaciones más altas que la vanidad o el reconocimiento. Durante los ocho años de su gobierno los colombianos fuimos testigos de esto.



A diferencia de otros expresidentes que dejan la Casa de Nariño para disfrutar de una vida más serena, convirtiéndose en embajadores, escritores o asesores de gobierno, Uribe se niega a ser una figura aislada de la vida política nacional. Hace algunos meses dejó en claro en un homenaje al exministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, que se moverá con fuerza haciendo campaña para concejales, alcaldes y gobernadores para las elecciones de 2011. Con estas palabras anunció su regreso al ring político como peleador y no como observador.



Concretamente dos situaciones se presentan favorables para la candidatura de Uribe: el caos en infraestructura y movilidad de la capital y la oportunidad de implementar una fase urbana de la Política de Seguridad Democrática.



En primer lugar está la complicada situación de Bogotá en materia de corrupción, incumplimiento de obras y descontento general de la ciudadanía; escenario perfecto para el aterrizaje de una figura como Uribe.



De la misma manera, como el expresidente tomó las riendas de una Colombia cabizbaja, desmotivada y al borde de ser un país fallido, así es probable que haga lo mismo con Bogotá.



El expresidente es visto por la gente como un gran líder y administrador y, ¿qué mejor que un caos como el de la capital para ser puesto en orden por alguien como él?



Segundo, mucho se ha criticado la Política de Seguridad Democrática, debido a la carencia de un componente urbano. Aunque los éxitos en el sector rural de dicha política pública son evidentes, en las ciudades de Colombia sus efectos no han sido igualmente contundentes.



Una posible alcaldía de Uribe en la capital del país podría ser el inicio de una fase dos de la Seguridad Democrática.



Aunque el alcance de una política urbana impulsada por Uribe solo tendría carácter local, muy seguramente los demás municipios de Colombia copiarán sus estrategias. Así las cosas, Uribe tiene la oportunidad de volver al ruedo político y rematar su labor en materia de seguridad, impulsando una política pública de seguridad urbana, con un enfoque diferente al de las últimas administraciones de Bogotá.



Una última idea que deja ver las aspiraciones del expresidente es su activa participación en Twitter. No es fortuito que Uribe esté haciendo una especie de informe de gestión virtual y una promoción de sus ideas políticas por medio de esta red social. Con esto busca mantener su imagen vigente y en el corazón y mente de las personas, además de generar noticias para los medios de comunicación.



En conclusión, nada mejor para consolidar al Partido de la U que obtener la Alcaldía más importante del país, derrocando al Polo Democrático y fortaleciendo una política pública de seguridad urbana que llene los vacíos dejados por la Seguridad Democrática.



Post Scriptum: Breve balance de los 100 días de Santos en relaciones internacionales: se normalizó la situación con Venezuela pero no se solucionaron los problemas de fondo.
La relación Santos-Chávez es un frágil castillo de naipes.

9 comentarios:

Unknown dijo...

El Palacio de San Carlos no es la sede de la Alcaldía de Bogotá; se llama el Palacio Liévano.

"... obtener la Alcaldía más importante del país, derrocando al Polo Democrático...". Eso de derrocar al Polo suena un poco fuerte, sobretodo porque ese verbo suele reservarse para las transiciones desde gobiernos autoritarios.

Federico Hoyos Salazar dijo...

tiene toda la razón, me disculpo por la equivocación. La intención de la palabra derrocar no era esa. Gracias por la corrección.

Jorge Iván Ballesteros Toro dijo...

Respeto la propuesta, pero de ahí a que el Sr. Uribe sea Alcalde Capitalino y se escriba como se escribe dista mucho. Las crítica a su gestión llueven por todas partes, hasta de sus amigos. La belleza de ocho (8) años apenas esta mostrando su gestión, que según indica, tanto los organismo de control, como la justicia, deja mucho que desear. Por ello considero una renovación. Ya el Sr. Uribe hizo lo que hizo, y creo que debe más bien descansar, reposar y escribir.

Anónimo dijo...

Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)

Anónimo dijo...

Muy buen post, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)

Anónimo dijo...

Hola, muy interesante el articulo, felicitaciones desde Mexico!

Anónimo dijo...

Buen articulo, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)

Anónimo dijo...

Interesante post, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)

Anónimo dijo...

Buen post, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)