jueves, 10 de abril de 2008

EL TLC CON EE.UU. UNA ESTRATEGIA GEOPOLÍTICA NECESARIA

EL TLC CON EE.UU.: UNA ESTRATEGIA GEOPOLÍTICA NECESARIA
Por: Federico Hoyos Salazar
10-IV-08

América Latina está atravesando un momento histórico decisivo. Diferentes países de esta región se están alineando entre ellos mismos y con potencias extranjeras. Esto ha generado alianzas estratégicas que se encuentran articuladas bajo una misma ideología política. La mancha roja del socialismo del siglo XXI se está expandiendo en el vecindario latinoamericano sin encontrar oposición alguna salvo por países como Colombia. La firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, además de ser un importante hecho económico, también es una estrategia geopolítica que consolida las relaciones económicas y políticas entre el gigante americano y su más cercano aliado en Latinoamérica.

El Socialismo del siglo XXI, es un proyecto expansionista que pretende unificar a Latinoamérica bajo la ideología política socialista. Algunos países como Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Argentina, han mostrado una gran simpatía por esta iniciativa liderada por el presidente Hugo Chávez. Colombia por el contrario se ha mostrado adversa frente a esta idea, y como consecuencia a ello se ha ido quedando sola en la región y se ha convertido en el blanco preferido de los gobiernos simpatizantes de este proyecto.

El plan chavista cuenta con el espaldarazo no sólo de los países latinoamericanos sino además de pesos pesados como Irán, Rusia y China, naciones con las cuales Venezuela ha entablado una relación íntima en compra de arsenal.

La situación es preocupante para Colombia con respecto a sus vecinos. Por un lado está el problema de reconocimiento a las FARC por parte de países como Venezuela, Ecuador y Nicaragua. Y por el otro, la dificultad de lograr un consenso de los países americanos para catalogar como terrorista a este grupo guerrillero. Los resultados de las rondas en el Concejo Permanente de la OEA y en la Cumbre de Río, no son nada favorables para nuestros intereses. Mientras el Estado colombiano se comprometió a no utilizar la fuerza frente a guerrilleros refugiados en países extranjeros, ni los ecuatorianos ni los venezolanos tomaron compromiso alguno para rechazar la presencia insurgente en sus territorios. En otras palabras, pusimos la otra mejilla.

El otro problema que aunque apaciguado sigue latente, es el de la carrera armamentista venezolana y sus intenciones nada amigables hacia Colombia. Si bien es cierto que la Cumbre de Río terminó en abrazos y apretones de mano, los problemas sustanciales con nuestros vecinos permanecen vivos. Y aunque Venezuela constituye un peligro inminente para la seguridad colombiana, no es el único. Las relaciones diplomáticas con Ecuador aún no se han reestablecido, el escandaloso computador de Reyes permanece vigente y sigue arrojando información bastante sensible con respecto a los vínculos del gobierno de Rafael Correa con las FARC.

Como si todo esto fuera poco, se acaba de sumar otro actor más al escenario; el ministro de asuntos estratégicos de Brasil, Roberto Mangabeira hoy le dijo a la agencia internacional de noticias REUTERS, que Brasil está considerando una invasión extranjera de gran escala por la selva del Amazonas y que esta guerra se daría con una potencia muy superior. Adicionalmente agregó que “otros posibles escenarios incluyen la acción militar de un país vecino, apoyado por una gran potencia, así como incursiones de fuerzas irregulares o paramilitares.” ¿A quién se refiere Brasil con estas declaraciones? Ciertamente no es ni a Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay o Paraguay.

Como se puede ver, las fichas en el tablero latinoamericano se están moviendo, la mayoría de nuestros países vecinos se están uniendo en torno a un ideal político que Colombia no comparte y que por el contrario rechaza. Colombia necesita relaciones sólidas con Estados Unidos en el caso de una eventual confrontación con sus vecinos. Vale la pena anotar que Colombia no es quien provoca con declaraciones candentes a sus vecinos, por el contrario son Chávez y sus secuaces los que disparan dardos ponzoñosos sin cesar en contra nuestra. El TLC es una medida que trasciende lo económico y que afianza una relación política necesaria entre Colombia y Estados Unidos. No es en vano que el presidente Bush al igual que sus más altos funcionarios haya calificado al TLC con Colombia como “una medida de seguridad nacional.”

Post Scriptum: Mientras esta columna estaba siendo escrita, La Cámara de Representantes de Estados Unidos decidió congelar el TLC con Colombia indefinidamente, con una votación de 224 votos a favor del congelamiento y 195 en contra. Horas previas al voto la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino afirmó que: “si los demócratas deciden aplazar el voto, a efectos prácticos estarán matando el TLC y eso tendrá muchas consecuencias." Sólo nos queda esperar que el TLC no haya muerto.

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6 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

MEeeeeee encanta !!!! caigo redondito al leer este tipo de juicios de valor.... y, sobre todo, cuando destapan al descubierto !!! El sujeto que habla/escribe es un sujeto beligerante, sin duda alguna. Este sí que es un análisis político.

Daré una que otra razón para que se sobreentienda que mi comentario no se nutre del mayor de los cinismos:

1. Conversión de las condiciones y, bien, de los términos de la hegemonia económica y política actual: Federico habla del socialismo sudamericano como un proyecto "expansionista" que, actualmente, sirve de comunión para los países del continente. "Expansionista" aquí podría significar la difusión, el esparcimiento y la extensión del socialismo en los países sudamericanos, pero, de manera exclusiva, adquiere una conotación trans-(a)gresiva más parecida a la de imperialismo. Hoy día los mamertos no deambulan la calle aullándolo a plena capacidad de pulmón, pero, igual, ¿no era Estados Unidos el símil del imperialismo? El artículo de Federico es la cara contraria de esta moneda, es decir, es la alternativa a lo que hubo de "expandirse" con la ola de impacto de la rev. mexicana, la cubana, la zapatista o el alzamiento chavista; ambas posiciones hacen parte de una moneda (¿de qué otra manera se debe entender los movimientos "expansionistas" sino es en forma de dinero y de Mercado?) que actua de grilla de intelegibilidad y que circula al interior de un campo de batalla ideológico global. Me alegra que sea deducible de manera tan "clara", puesto que de otra manera me vería obligado a entender la gigantesca mancha roja como zona severamente afectada por el fenómeno del niño o el calentamiento global.

2. Podría tildar la posición de Federico como constitutiva del anticomunismo profesional (modelo guerra fría), pero prefiero quedarme con la sugerencia.

3. Frederick Jameson: "¿cuál es la más sencilla y la más rápida de las conceptualizaciones que se hace a la comprensión/aprehensión de la complejidad de lo social?" La teoría de la conspiración se hace a todos los cabos sueltos que, de momento, no están sujetos a una elaboración/conexión suficiente o coherente. Esta teoría, como todo resulta ser, al parecer, es una estética geopolítica... (ejemplo chistoso: realize un análisis semiótico de la telenovela "Café con aróma de mujer")

4. Mi posición en respuesta a la suya: el TLC -y en esto no quiero explayarme más de lo neccesario- entraña a la globalización en su más verdadero sentido: la mundialización de ciertos privilegios financieros del "primer mundo". No por ello la división internacional del trabajo ha dejado de ser una división, una disyuntiva. ¿Qué tiene de político la banca y el Mercado? No hay nada más político que la economía y las decisiones a las que ésta refiere en primera y última instancia. ¿Pero qué otras implicaciones tiene el TLC?: importación/contratación de un modelo de seguridad (democrática) nacional, y, según algunas versiones bastante acertadas, un caballo de Troya del que saldrán todo tipo de invasores -con intereses- camuflados.

Entonces, ¿por qué será que los EE.UU se centran tanto en la "problemática" de la democracia y la seguridad nacional momento en que actualizan los términos del TLC? Por un lado, "la única soberanía que se reconoce es aquella que, siguiendo el pre-texto de su liberación, garantiza que todas sus riquezas puedan ser explotadas" (parafraseo, original de Margarita Serje). Segundo, la seguridad interna y al interior del país es tanto necesaria como también condición de posibilidad para que se pueda llegar a una “Sociedad libre y democrática”, y, por lo tanto, la Seguridad democrática no supone de inmediato otra cosa que la endocolonización y la intervención -forzada- de la población. Esto último sólo requiere de la palabra “paraestatal” para poder ilustrar su concurrencia.

Nada se debe esperar del "hold back" demócrata... ellos, más que nadie, saben: “bussines is war... literally”.

Anónimo dijo...

Una última cosa: es necesario recordar al lector que la estética sirve como anteojos, como una prótesis para la vista, y, de ser de otra manera, no tendría sentido hablar de ella.

Anónimo dijo...

Otra última cosa, de suma importancia: ¿al lector no se le ha ocurrido relacionar el aumento de las utilidades de Ecopetrol con la intensificación del conflicto armado en Colombia?. Es sencillo de entender puesto que, después de todo, este ha sido un conflicto multilateral: el montaje de milicias privadas ejercen la "pacificación" de regiones de explotación.

Dato curioso: "De acuerdo con cálculos del Banco Mundial, solamente las compañias multinacionales europeas en Colombia han pagado en extorsiones 1000 millones de dólares a la guerrilla, se ha llegado incluso a crear pólizas de seguros para amparar secuestros y extorsiones"
(alguien que esté curioso de bibliografía, me cuenta)

Otro dato curioso: las reservas naturales petrolíferas con las que cuenta a largo plazo EE.UU. están situadas en territorio centro y sudamericano.... éste último, es más, provee mayor cantidad de crudo que los países del medio oriente; la guerra en Iraq sirve, en gran medida, de "pantallazo" para encubrir esta realidad.

Á dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Los procesos de integración en América Latina, y en especial, de América del Sur, están en crisis. Aunque no hay un proceso de fragmentación acelerada de la región, sucesos como el de Raúl Reyes desestabilizan y agudizan los antagonismos en el vecindario. El problema está en que aún no existe un consenso económico, ni mucho menos político-ideológico que sirva como motor de la integración regional, estamos ant

e un continente que, aunque no presenta conflictos culturales, religiosos ni étnicos, no ha logrado integrarse, tal vez debido a la juventud e inexperiencia de sus países, que aún no han logrado dejar de lado sus diferencias para entrar en una nueva lógica política. Y este proceso de integración debe comenzar en un principio por la economía, y sin duda el camino emprendido por el proyecto de Chavez es muy ambicioso porque la integración político-ideológica es tan compleja que a duras penas se logra evidenciar en la unión europea.

Dentro de este campo entonces podemos observar que los acuerdos preferenciales o APRS tipo tlcs lejos de unir a la región la dividen, sin embargo, dentro del pliego de alternativas de integración y acuerdos multilaterales que existen en la región la firma de este tratado resulta ser mucho mas provechosa.


saludos fede.